viernes, 5 de septiembre de 2014

sembrando...

Me cuesta vivir el momento este año. Pienso en el futuro, en mis objetivos. El principal es recibirme a fin de año. Desde marzo que vivo para el estudio y deseo que llegue diciembre. Es como si mi vida empezara recién ahí cuando ya no tenga que estudiar. La realidad es que seguramente haga algún postítulo. Pero mi primera meta es diciembre y me cuesta vivir el momento. Yo se que estoy sembrado día a día para ese objetivo pero siento que mientras tanto el día a día no lo puedo disfrutar. 
Otro objetivo es saldar deudas. Apenas me separé quedé con muchos gastos y de a poco me voy acomodando. Voy pagando de a poco y me encuentro casi todos los días contando los días que faltan para llegar a fin de mes. También estoy sembrando para llegar a diciembre sin deudas, pagando y recortando gastos. 
Y el tiempo pasa. Y ya es septiembre. Y siento que al menos los logros son lo tangible del paso del tiempo. No puedo disfrutar aún el día a día, el camino. Sólo ansío la meta. Pero el paso del tiempo me deja los frutos de mi siembra. 
En mayo planté semillas de tomate. Lentamente los vi crecer. Y ahora tengo una planta enorme que no deja de sorprenderme. 
Sé que sería bueno disfrutar el momento pero igualmente me consuela saber que sembrando día a día, recogeré mis frutos y la meta hará que todo tenga sentido. 





martes, 6 de mayo de 2014

tratando de mantenerme en pie



Estos últimos tiempos han sido bastante agitados para mi, emocionalmente hablando, sobre todo.  Mi papá no está bien de salud y me di cuenta de que el tiempo pasa muy rápido y las obligaciones de todos los días hacen que uno no se de cuenta de lo que se va.
El año pasado, luego de separarme, trabaje muchas horas para ganar unos pesos más ya que la casa en la que me quedé viviendo sola es bastante cara para mi. Rendí las materias a media máquina y descuidé a mi familia. Es muy difícil lograr un equilibrio y poder dedicarle a todo su justo tiempo. 
Estoy muy cansada de cursar todos los días y estoy haciendo todo el esfuerzo del mundo para que este sea el último año. Luego de muchos años de una carrera que nunca me satisfizo, hace cuatro arranqué lo que será mi profesión.  Años de sacrificio esperando que se terminen porque ansío tener tiempo para otras cosas que me gustan y, obviamente, para ponerla en práctica. 
La plata sigue sin alcanzarme y me angustia con lo poquito que tengo que sobrevivir hasta fin de mes. No me doy ningún gusto hace meses. Por suerte, de a poco las deudas se van pagando. 
Pero todo es esperar a que pase el tiempo y después lamentarnos de que pase tan rápido. 
El año que viene me quiero mudar a una casa, quiero alejarme de la vorágine del centro de la ciudad. Quiero tener lugar para tener muchas plantas y para que Oli pueda tener algún compañero. 
Pero mientras tanto tengo que sobrevivir este año lo mejor posible, yendo de un lugar a otro, cursando mil materias, tratando de encontrar lugar para la familia y de que el trabajo no me saque la poca energía que tengo y lograr llegar a fin de mes.
Por suerte tengo una pareja nueva que me hace muy feliz y me entusiasma con muchos proyectos. El año que viene va ser un año de grandes cambios para mi. 
Mientras sigo remando este 2014, me dedico en mis poquísimos ratos libres a mimarme con las cosas que me gustan. 
El tejido: regalitos para la nena de una amiga que nace en julio. 
El jardín: mis plantitas que me acompañan en la mesa cuando estudio, mis tomates que están creciendo recién, y muchas flores que sembré ayer y estoy impaciente por verlas brotar. 
Sentí la necesidad de compartir lo que me pasa porque se que hay muchas amigas del otro lado que las siento cerca a pesar de los km y me ponen muy contenta.


viernes, 21 de marzo de 2014

sigo....

El año pasado fue agotador y no estuve en contacto con las agujas como otros años. Este año retomé cosas que tenía por la mitad, y volví a sentir ese vínculo con el tejido que hace que me relaje y vuelva a mi eje. Pasaron muchas cosas desde la última vez que estuve por acá. Me separé y ahora estoy comenzando una relación nueva. Trabajé mucho para poder hacerme cargo de los gastos de la casa sola y todavía arrastro algunas deudas, un par originadas por las vacaciones que me tomé. Este año no hubo playa. Me fui a Bolivia con una de mis dos almas gemelas, que dicho sea de paso, este año cumplimos 30 años de amistad (nos conocimos en jardín de infantes e hicimos toda la vida juntas). Extraño la playa igual, pero creo que el fin de semana que viene me puedo escapar, aunque sea por tres días. 
Terminé dos Baby Surprise Jacket. Un patrón que me gusta mucho porque tejés, tejés y parece que no tiene forma, y de pronto, sale un pulover. Si la lana es matizada, queda muy lindo. 


Las fotos no son muy buenas y no me lo perdono porque estoy haciendo un curso de fotografía. Próximamente sacaré las fotos con mi cámara réflex en lugar de con el celular. 
Ojalá pueda ponerme en contacto con mis antiguas amigas, con las que tanto compartimos por este medio.